viernes, abril 08, 2005

En una casa de Ñuñoa
Piso de madera café,
Las ventanas de madera blanca.
Un demonio de rostro blanco pintado y capucha negra
Tenia no se a quien entre los brazos
Le saco la cara
Yo miraba desde la ventana
Quería huir
Sin embargo no tenia miedo
Tenia miedo, pero no el miedo del terror
No recuerdo el miedo
Entonces el demonio le saco a la persona que no recuerdo
Los huesos y la columna haciéndolos suyos
Creció
Mire por la ventan hacia abajo y me tire desde el segundo piso.
Llegue junto a conocidos que no recuerdo
A una casa de alguno de nosotros
Acogedora de maderas y ventanas
Sin embargo sentíamos que el demonio nos seguía.
Corríamos por una urbana avenida hasta el fondo de un pasaje como una gran U
De casas blancas
Una sola fachada continua y segundo piso
Después de las casa no había nada

Gritaba sin ser oído que subiéramos al techo
A lo último
Lo mas lejos
Tal vez podríamos seguir huyendo

Entonces me volví
Y vi mucha gente como en un parque dispersa
A lo lejos unas pocas casas transparentes
Pensé que quizás ya no venia tras de mi
No había motivo
Estaría matando a otras personas.

y eso..

Y eso parece que es,
Tu caminando por la calle mojada de otoño
Perdiéndote entre la gente
Dolida

Y eso parece que es,
Tu cuerpo a contraluz cuando amanece y no vienes a la cama
El agua de la tina renvalsándose ruidosa y transparente,
Cuando tratas de relajarte y duermes

Y eso parece que es
La lagrima que cruza de un labio a otro, roja
Lo de todos los días

Lo que odiaras de mí