En la noche el viento comenzó a golpear contra las paredes de mi carpa inflándola y desinflándola, afuera los árboles se batían en lento movimiento negro y continuo mezclando sus copas como una sola masa negra, el cielo comenzaba a azularse y era como un fondo prendido, el mar negro, no muy lejos sonaba acostado sobre la playa larga como lo había hecho toda la noche, como lo hace todas las noches.
Salí de la carpa y el aire caliente me golpeo, todo era un poco eléctrico, camine sobre la arena mojada de la mañana y tu imagen se hacia cada vez mas fuerte, como si me estuverias llamando. El mar helado y su espuma rodeo mis pies mientras una gaviota casi se suspendió frente a mi como queriendo hablarme, Juan Salvador Gaviota pensé… el viento caliente me empujaba mas y mas a ti, no quería caminar, sabia que era un locura, me voltee y vi las carpas iglú como capullos silenciosos en la noche cargada de un viento espeso, era una imagen tranquila, imagine que todos dormían, al frente la gaviota seguía como suspendida mirándome, su pico se abrió y dijo “no lo hagas” después como que se relajo y el viento la arrastro hacia atrás como de espaldas con las alas extendidas, parecía una insignia haciéndose cada vez mas pequeña a medida que se alejaba mar adentro pero sin elevarse. Trate de entender que es lo que me había querido decir…no lo hagas? El agua cubrió mi cara y no pude respirar…no hagas que?! Apenas he tenido tiempo de pensarlo! Era muy tarde…volví a ver las carpas iglú en la playa, vi a la Camila desde arriba durmiendo junto a una amiga con la mitad del cuerpo fuera del colchón…y todo fue negro.
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