- “Siempre hay un verano”- sito con nostalgia una frase famosa de una película suya: el esquivo amor que vara al prometido en el altar.
- No te vayas- repetí
Jayne estaba desdoblando la servilleta. Lloraba en silencio.
- Que ocurre?- le tendí la mano. Las comisuras de mis labios bajaron.
- Es la primera vez que me lo pides.
Esa seria mi ultima cena con Jayne
Bret Easton Ellis.
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