Pequeña historia de terror.
Mañana en una casa de clase media, es verano, los niños duermen en sus piezas, el padre sale del baño, se viste para ir al trabajo, busca algo en un cajón, llama a su esposa, esta viene desde la cocina, unos gritos llegan a la pieza de los niños, una pequeña niña se esconde entre las frazadas, rulos negros se asoman y contrastan con la frazada blanca, el niño se levanta, la madre lo espera en la puerta, le pregunta si él vio lo que busca su padre, el niño, con su pijama de niño, le dice que no, la madre lo lleva donde el padre, este le dice con calmada violencia que cuando vuelva en la tarde tiene que aparecer lo que desapreció de su cajón. El niño toma desayuno pensando, la niña pinta algo a su lado, lo vemos en el patio buscando en una bodega, lo vemos mirando a los amigos andar en bicicleta por la plaza, lo vemos subiendo un árbol y deteniéndose a pensar, mirando unos perros jugar. Lo vemos buscar debajo de las camas, entre los libros, el niño frente a un gran reloj que hay en el living, lo vemos atajando una pelota en la plaza, lo vemos distraído cuando le meten un gol, el ve a los demás como lejos, los escucha lejos, el niño se aleja de los amigos y pedalea por calles, vemos al papa del niño en un mini avanzar por santiago, en un taco, vemos al niño en bicicleta frente a su casa, ya es casi denoche. El papá ilumina con las luces de su auto la figura del niño parado en la bicicleta frente a la casa, lo saluda afectuoso, parece no recordar, el niño sonríe, se llena de alegría.
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