Díez años de falsos comienzos se convirtieron de pronto en la idea adecuada, el escenario adecuado, el día y el momento adecuados. Escribí el cuento sentado al aire libre, con mi maquina, en el jardín. Al cabo de una hora había concluido. Se me habían erizado los pelos de la nuca y estaba llorando. Sabia que había escrito el primer buen cuento de mi vida.
Ray Bradbury (1920-2012)
Zen en el arte de escribir.
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