Espacio de hoy,
un poema,
la cabeza al amanecer, la luz tras las cortinas, otro día más.
No hay razón para dudar,
no hay cambio,
no como en el lago gris metálico,
que no deja de respirar y ronronear entre los cerros,
llenos de vida y verde y agua.
Soy pequeño,
y somos todos,
no tu manos,
no tus pies,
tan lejos ahora, tan cerca cada noche,
es el olor del tiempo,
el paso
y las canas incrustadas en las arrugas
cuando sonrío.
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