domingo, septiembre 11, 2005

Carta de un padre a su hija con respecto al día en el que supo que ella venia el mundo, años después.

Ana:
Yo estaba en primer año de universidad, estudiaba Teatro en la Universidad Chile, con la Julia la verdad no estábamos muy bien y creo que fuiste concebida en una de nuestras reconciliaciones.
El día en que supe que tu ibas a nacer yo estaba en casa estudiando con un compañero, había que ir a buscar el examen de embarazo a una clínica en las condes cerca de La Escuela Militar, ya lo sospechábamos mucho, la Julias no se enfermaba y eso era mas que raro en ella, que era como un reloj para la regla, durante la tarde le dije a mi amigo que iba y volvía, no recuerdo si me junte con la Julia o la fui a buscar para ir al centro de exámenes.
Por otro lado mi padre había tenido un percance automovilístico cerca de Rapel, creo que su auto se había incendiado, o fundido, un escarabajo, algo muy extraño, mi madre fue a buscarlo por lo que en la casa no había nadie más que yo y mi hermana menor y mi amigo. Por un momento solo estuvieron mi hermana menor y mi amigo.
El examen, como debes sospechar, decía que la Julia estaba embarazada de algunas semanas, recuerdo el sobre blanco, las instrucciones inentendibles, los datos, los números, los porcentajes, que quieres que te diga, no fue un momento fácil, tuvimos miedo.
Lloramos un rato al interior del auto, sin saber que hacer, por una vez pensé en el aborto pero fue su mirada lo que me hizo olvidar de inmediato esa idea, nunca más se volvió a mencionar.
En el Fiat 147 lleve a la Julia a su casa, ella tenia miedo de sus padres y lloro todo el camino.
Volví a mi casa destruido, le conté a mi amigo, que no supo que decirme, mil películas se me pasaban por la cabeza, estaba en estado de shock, llego la noche, sentí a padres, salí a abrir la puerta, mi madre me vio y yo la vi a ella a contraluz, mi padre estaba pagando la grúa que los había traído a santiago, mi madre se acerca y me pregunta que me pasa, yo lloro y le digo que la Julia esta embarazada, ella me abraza con fuerza, mi padre nos mira cara de preocupación, mi madre lo mira y le hace un gesto de guata de embarazo, mi padre se acerca y nos abraza a los dos, después a mi, no recuerdo si me dijo algo o no, solo recuerdo su tremendo cariño. El de ambos.
Después dentro de la casa me preguntó que quería hacer, si quería tenerte o no?. Hasta ese momento, este debió ser uno de los momentos más importantes en mi vida, por lejos. Otro sería el día que naciste. Con la Julia seriamos padres. Con la Julia, mi amor de infancia. A nuestro tiernos 19 años.
Creí importante contarte esto, no había tenido el valor de decírtelo, por miedo seguro, por miedo a que sintieras que no te queríamos tener, que no te queríamos traer a este mundo, criarte, cuidarte, verte crecer. Por miedo a que tú sufrieras. Por evitar el sufrimiento. Si bien es cierto que fue una sorpresa, un cambio, no en el momento preciso, desde los primeros momentos te esperamos con ganas y amor, construimos cariño a tu alrededor, vivimos juntos, fuiste un centro, lo eres y verte grande hoy, sentir el tiempo, es raro.
Como es raro escribir por primera vez lo que paso ese día, escribírtelo a ti.
También es cierto que así fue ese día para mi, no de otra manera.
Y aun las imágenes de ti chica no se van por completo, siguen repitiéndose

1 comentario:

Mat. dijo...

Hombresh

el valiente no es el intrépido que se lanza a la carga en la batalla:

El valiente es el hombresh común y corriente que se ve enfrentado a una situación "sobrenatural" y la enfrenta a pesar del miedo.

Hombresh, me saco el sombrero.
Padre eres.
Ya nada tienes que temer, o tal vez sí, pero ya sabes, el valiente no es el intrépido que...

Un abrazo.