Ayer almorcé solo en un resto frente a mi productora en la calle Sto Domingo, es un lugar pequeño, con buena atención, el ambiente es bastante especial, se podría decir que es una mezcla de bar de San Pedro de Atacama, con algo de tecno, felpa verde, algunos carteles antiguos, patentes, incienso.
Ayer comí en la barra porque estaba todo lleno, mientras comía tuve que conocer la relación entre la chica que atiende y la chica de la caja (dueña?) el rollo con los cheques de comida, que la boleta, que si pagan con cheque no doy boleta, que esta lleno, que no doy mas, que estoy sola, que no me ayudan, que como que no te ayudo, que mal agradecida esta niñita.
Las personas almorzaban en mesas de a dos y de tres, metidos en sus rollos, hablando fuerte, fumando, leyendo, ausentes. Como salvavidas un cliente frecuente se ofreció para ayudar a la moza garzona, fue bueno, las cosas se calmaron un poco y dejaron de pelear sobre mí. Ya no tenia mas hambre y no quería postre, te voy a pagar con redcompra, pucha, hoy no se puede porque tenemos cortado el teléfono, ok te vengo a pagar mas rato, si claro no hay problema.
Afuera el calor de marzo se achicaba con el viento de marzo. El anticristo escribía sobre su carro de supermercados, serio, anticristo. Y por un momento me pareció que era domingo, que éramos pocos.
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