Cuando un artista, de estos que hacen esculturas, un escultor digamos, se enfrenta a un pedazo de roca, es mas, saca la roca sin forma de la montaña o de una roca mayor, la pone sobre un madero o superficie donde la va a trabajar, la prensa o afirma con algo para que no se caiga, toma su cincel de artista y su martillo y seguido de una visión que tuvo o del sueño que lo persigue comienza a esculpir…. en este proceso caen pedazos inservibles, para los ojos del artista, se rompe la piedra, se le da profundidad angulos, aspereza, suavidad.
Creo que la piedra sufre.
Finalmente la obra esta terminada, la piedra no opina, son los demás los que lo hacen, la admiran, ya no es un pedazo de roca ni de piedra, es otra cosa.
Es lo que se quiso que ella fuera.
1 comentario:
Que interesante comentario. Supongo que toda esa reflexión puede ser llevada a distintos ámbitos de nuestra vida. Además del artista a cualquiera que tome un material bruto y lo convierta en una pieza elaborada. Tal material no sólo puede ser tangible sino que un concepto, una idea, un sentimiento. Todos tenemos en nuestro interior tal poder, podemos transformar algo abstracto en un reflejo de nuestra mente.
Saludos.
Pau.
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