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Hoy hice algo por mi cuerpo y mi espalda, algo sano, fui a yoga. Baje en bicicleta por Martín de Zamora, aun era de noche (6:30 AM) la calle estaba mojada y había una neblina iluminada alrededor de los faroles del alumbrado publico, la bicicleta suave por la calle sin autos, contra el transito, no es necesario ni pedalear, algunas personas agorradas y enbufandas caminando lento, esperando la llegada de la luz natural, en Vespucio las micros llenas, un pelotón de nanas y maestros rumbo a los hogares que son sus trabajos y a sus edificios en construcción y a sus grúas y a sus palas, micros amarillas con negro, infladas de personas, con los vidrios empañados, lentamente iniciaban la marcha, traqueteando y chorreando un humo toxico, como un carro tirado por un cable de acero invisible, cadente, futurista………yogismos varios, nuevos, la hernia de mis demonios.